Museo de Antropologia

La verdad, la verdad, la verdad, es que me aburrí un poquito en este paseo. Un poquito más. Bastante, sí.

Yo ya había visitado el museo, cuando estuve en abril, con Luchana, una compañera del trabajo, y como llegamos medio tarde habíamos recorrido las salas principales en la hora que teníamos antes de que cerrara.
Esta vez lo voy a hacer bien, me dije. Y contraté la "audioguía" para que me hiciera más amena y esclarecedora la recorrida. Error. No sólo están bastante mal identificados los numeritos donde uno tiene que apretar y el señor del audio explica, si no que no van en orden, está demasiado centrado en detalles en vez de dar una idea más general, dice casi lo mismo que dicen los cartelitos escritos y lo peor...es la voz del señor, que es muy MONOTONA Y ABURRIDA.




El museo es inmenso, con su banderotota en la entrada ( como cualquier edifcio nacional mexicano que se precie de tal), sus casi 5 km de recorrido repartidos en como 15 salas de planta baja y otras tanto del primer piso, que dan a un patio gigante con una columna-fuente imponente.

El tema con el museo es que las piezas y las culturas prehispánicas que representan, son tantas, tan parecidas entre sí, con nombres tan similares y dificiles llenos de z y x y pocas vocales, que a la tercera sala ya todo parece igual. Llega un momento en que los legos, por lo menos, ya no entendemos nada. Y eso me pasó a mí.

No puedo dejar de reconocer que muchas de las salas están buenísimas, tiene recreaciones de tumbas, maquetas, piezas bien grandes, muñequitos, tv dando explicaciones. Todo muy pro. Muy bien, eso. Tiene la piedra del sol (conocida y mal llamda como calendaraio azteca, que es como lo más top del museo).



Y también tiene unos jardines alucinantes, con reconstrucciones de algunos edificios de la ribera maya entre una vegetación tipo jungla. Muy lindos.




También está muy bueno el primer piso, que no había recorrido en mi visita anterior, dedicado a las culturas indígenas de la actualidad, que son muchas. Si no recuerdo mal hay como 4 millones de personas descendientes de mayas, como veinte grupos indígenas distintos. Muestran su vestimenta, fiestas, recrean el tipo de viviendas y está bien ameno, aunque también me pasó que las primeras 3 salas las miré con detenimiento, super interesada y las 15 siguientes a vuelo de pájaro.



El museo es recomendable, pero creo que la cantidad es la clave.
Nunca mejor aplicado el dicho " lo bueno, si breve, dos veces bueno....y tres veces sin audioguía!"