Hoy, por alguna extraña razón ( extraña por lo menos para mí) el DF amaneció con poco smog.
Y por primera vez desde que estoy acá vi, entre algodónicas nubes blancas, retazos de un cielo impecablemente celeste.
Y vi montañas que no había visto antes.
Y percibí nítidos los contornos de esas montañas.
Y hasta vi pinos, a lo lejos, en esas montañas que no había visto nunca y que rodean este valle en el que se encuentra sumergido esta ciudad, que hoy, por alguna extraña razón, amaneció limpia.
Y me asombré.
5 comentarios:
No te asombres, Peineta. Te explico el porqué....resulta que todos los que fueron al recital del Caetano, especialmente los mexicas que se fueron antes, corrieron a sus casas a echarse en los lechos, y durmieron tanto y roncaron por demás (ZZZZZZZZZZZZZZZ....ZZZZZZZZZZZZZZZZ), que toda esa energía echada hacia las nubes permitió el despeje y que tú puedas observar la limpidez del cielo azteca. Debemos reconocerle al caetano tiene algunas virtudes ecológicas !!!!juá juá juá joroijo joroi joroijo
ja ja, estuviste bien, punto para Barbitas
Ese es el DF que quiero VER!!!!!!!!!!!!!!!
¿Y las fotos?
Justo en esta oportunidad faltan!
Bravo! El asombro...Mt 18,3
lo busqué, muy lindo, lo de los niños....
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