Cuba por cubanas

El sábado a la noche, despuées del Baby Shower, tuve la despedida de unos amigos de Marce que se vuelven a vivir a Argentina después de 5 años en México.
En la reunión - solita como estaba, sin inacet - conocí a dos cubanas, madre(edad 45) e hija(edad 20), que llegaron hace mes y medio de Cuba con la intención de quedarse a vivir acá y de traerse, en un futuro cercano, al esposo y al otro hijo que quedaron en la isla.
A mí me resultó muy interesante conocer la experiencia de estas dos mujeres, de primera mano y sin ánimo de generar polémica (sé que el tema de cuba despierta pasiones, a favor y en contra, pero insisto SIN ANIMO DE GENERAR POLEMICA), quería compartirla con ustedes.
La cuestión - simplificada- es así:
La madre, bioquímica, trabajaba para el Estado (como todos). Cuando quiso salir del país a visitar a su hermana ( que vive en mx desde hace 9 años) le dijeron que como era profesional de la salud su salida se la tenía que autorizar el ministro de salud y el permiso podía tardar 5 años en llegar.
Después de eso renunció. Al estar desvinculada es más fácil lograr el permiso.
Trabajó de muchas cosas, por izquierda, distintas a su profesión, pero haciendo más $$$ que los que hacía antes.
En algún momento decidieron intentar vivir fuera de Cuba, principalmente por el futuri de sus hijos.
Entoces la madre y el padre se divorciaron para aparentar.
Ella y su hija consiguieron el permiso para salir y se vinieron para méxico.
Como el padre es psiquiatra tiene acceso a tener un mail y así se comunican.
Pero como les revisan los mails, la madre no firma con su nombre ni hablan de sus planes, por temor a ser descubiertos.
Tienen una casa, que heredaron del suegro, pero que no se puede vender, porque no existe la propiedad privada.
Sin embargo, por izquierda también, las casas se compran y se venden.
Ahora madre e hija se alquilaron un cuarto en una terracita, donde van a vivir hasta que puedan alquilar algo más grande.
La opción más viable para que salga el padre es a través de un viaje relacionado con su profesión, así que mientras tanto están viendo cómo hacer realidad este proyecto.
Ellas dicen que quieren poder soñar, y aunque les esperan tiempos difiiciles, les hace ilusión poder sentir que pueden elegir cómo viivr.

Eso sí, no había rencor, no había resentimiento en sus palabras, había desencanto.