Vet

El sábado pasado Beilis y yo sufrimos por igual en la visita al veterinario. Le tocaba vacunarse desde diciembre, pero por una cosa o por otra, no le habíamos podido llevar antes.

Cuestión que como Ella odia salir de casa, a menos que a Ella se le ocurra, la agarré desprevenida mientras estaba comiendo, la bajé los 3 pisos por escalera y la metí en el auto para hacer la cuadra y media que nos separa del vet.
Coquita muy escondida abajo del asiento, no quería salir del auto.
El vet muy ducho en gatos me parece que no era, porque aunque me ayudó a bajarla del auto, la tenía que tener agarrada con una ayudante. Igual la revisó, le puso dos vacunas (una dos veces) y le dio un líquido desparasitante. De más está decir que mientras la veía así toda estresada, el corazón se me estrujaba.
En cuanto terminó la llevé al auto de nuevo, y ahora no quería entrar la guachina, Volví a hacer la cuadra y media de vuelta y en cuanto vio la puerta de casa, se desesperó escaleras arriba.
Ya me estaba imaginando las dosis de indiferencia y escape que me iban a ser administradas durante largas horas, o incluso días, hasta olvidar la traición que le perpetré, pero - extrañamente - una vez adentro de casa, santo remedio.....Ella, como si nada hubiera pasado. Eso sí, yo, agotada.




pd: la foto es obviamente de otro día, pero no quería que perdieran ocasión de admirarla.....ay mamita, qué linda que es.