lunes, 28 de marzo de 2011

Las telecomunicaciones y la Argentina

Cuando yo nací mis papás pidieron la instalación de una línea de teléfono a entel, que por este tiempo era la  única empresa telefónica y era del estado. De eso no me acuerdo, porque era un bebé.

Un día tocaron el timbre de mi casa y era el cartero con la comunicación de que la línea de teléfono que habíamos pedido por fin iba a ser instalada. De eso me acuerdo, porque la que abrió la puerta fui yo y ya tenía diez años.


Algún día cuando algún proveedor de internet se digne a prestarme servicio en mi nuevo hogar, retomaré las crónicas de este viaje, que han quedado truncas.
Realmente espero que no tengan que pasar otros diez años.
Hasta entonces!

jueves, 3 de marzo de 2011

Mérida

No hubo química.
No tuvimos piel.
Nos desconfiamos.
No fue necedad, nos dimos una segunda oportunidad.
Pero igual no nos encontramos.

Definitivamente Mérida y yo no pegamos onda.


martes, 1 de marzo de 2011

Campeche: un viaje al pasado

Llegué a la ciudad de campeche y fue como llegar a 1950.
Era domingo y estaba todo cerrado. Pero todo, todo.
Esa noche hubo fiesta en la plaza principal.
Cuando llegué era una noche divina de verano y estaba tocando la orquesta de la ciudad.
Le siguieron el conjunto de chicas - de entre 4 y 30 años -de una  escuela de danza que bailaron flamenco y árabe. Todas juntas en la misma coreografía. Mi vida. No, no se imaginan.
Me quedé mirándolas sentadita en un banco de plaza conversando con un señor local muy amable  hasta que un señor borracho se sentó entre nosotros y me dio la impresión de que estaba a punto de vomitar. Me fui.  No me quería manchar los zapatos.
El último artista que vi antes de irme a buscar donde comer fue un muchacho que cantaba, creo que un poco parecido a luis miguel se sentía.
En el otro extremo de la plaza se jugaba a la lotería, los cartones con dibujitos en vez de números. Se ve que es tradición campechana.
Comí en un restaurante medio finoli. Normalmente no lo hubiera elegido, pero en el otro tenían puesta la televisión y me molesta ese sonido de fondo.
Volví caminando al hotel y las calles estaban desiertas.

Ni autos estacionados había.
El lunes abrieron los negocios.
Pero en las farmacias no había maquinitas de afeitar,  en los locutorios no había llamadas de larga distancia, y en las librerías no estaban los libros que yo buscaba.

Amé campeche.



sábado, 26 de febrero de 2011

De retomar, campeche y otros asuntos

Bueno, en realidad volví a bs.as, las obligaciones, la vida real... y me colgué, pero el viaje no terminó en Palenque.

Siguió, como este relato, que también sigue, en Campeche, que fue el siguiente destino y que también fue el primer parteaguas en mi estilo de viaje.
Hasta Palenque entablé conversación con bastante gente,  canadienses, americanos, mexicanos varios, un argentino, una india, intercambié direcciones de mail. Tenía ganas de charlar, de compartir, de escuchar y también de contar.

Como este canadiense que estaba pre-retirado y dividía su vida por estaciones: trabajaba los 3 meses de verano en canadá, descansaba los 3 meses de otoño también en canadá y en invierno, cuando el frío se hace insoportable en su ciudad- viajaba con su esposa por otros tres meses, los de invierno, para volver  en primavera, a descansar del viaje? antes del trabajo estival. Este año habían elegido méxico y guatemala, pero también habían estado en argentina y en china (pero no tres meses porque era muy caro).
O este chico argentino, músico, que tenía una banda con unos amigos (nueve integrantes en total!)  y llevaba algunos de sus discos encima. El remisero le pidió el cd de regalo y él no pudo negarse, así que a mí me tocó el librito. Chau Pekín se llamaba la banda.
O varias señoras gringas (americanas o canadienses tal vez?) de mínimo, pero mínimo, eh, 80 años, pelo blanco, frentes, sienes y manos bien arrugadas pero mejillas lisitas (como tenía mi abuela) con sus pantalones de montaña bien ajustados con cinturones por arriba de la cintura, sus zapatillotas blancas moviéndose en micro de un lado para otro... en méxico! Mis respetos a esas señoras.
O el ingeniero de baja california, guapísimo él, que viajó 4 horas de ida a toniná para llegar al sitio arqueológico cuando estaba cerrando,  rogó que lo dejaran entrar aunque sea 15 minutos para llenarse la vista del lugar y volvió a pasar otras 4 horas en la ruta de vuelta a san cristobal. Estaba fascinado con el méxico de chiapas, de raíces tan profundas, porque en su tierra natal las influencias del estilo de vida americano son tan grandes que en ocasiones se olvida uno que está en méxico.


Y así más historias. Algunas atractivas, otras no. Pero, para mí, siempre interesantes por el sólo hecho de ser historias de vida ajenas, conocer estilos de vida distintos, detectar diferencias culturales. Sorprenderme.

Sin embargo, a partir campeche, todo cambió. Tal vez quería disfrutar de los últimos días de soledad, antes de llegar a playa del carmen, donde me esperaban mis amigas? no sé, el hecho es que desde este punto en adelante, busqué el silencio. Y en campeche, sin duda, lo encontré.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Palenque

Selva y ruinas.
Una ciudad entera bajo la jungla chiapaneca.
Una pequeña porción de ciudad recuperada.
Un nombre español para la capital de B'akaal.
El rey Pacal y las tumbas faraónicas (en sentido figurado...y no tanto).
La losa de su tumba y una versión delirante de este rey en una nave espacial.
Palacios, templos, tumbas, un acueducto.

Un mundo maya que se intuye y que sorprende.



1. Templo del Sol

2. Templo de las Inscripciones


3. El Palacio

lunes, 14 de febrero de 2011

Espera un poco, un poquito más

El año pasado en buenos aires veía "para vestir santos", un programa de tv que me gustaba especialmente por los musicales que a veces intercalaban en algunos capítulos.


Hay uno (no lo pude subir, pongo el link http://www.youtube.com/watch?v=K1BfaLCDFiY)  el que cantan "la nave del olvido" de josé josé - un mexicano casualmente- que me cae justo para este momento  de aeropuerto, de mis últimos minutos de méxico.


Básicamente la parte me gusta es la que dice:


Espera,
aún la nave del olvido no ha partido
no condenemos al naufragio lo vivido
por nuestro ayer,
por nuestro amor, yo te lo pido.

Espera,
aún me quedan en mis manos primaveras
para colmarte de caricias todas nuevas
que morirían en mis manos si te fueras.

y el estribillo (claramente cantado a grito pelado)

Espera un poco, un poquito más
para llevarte mi felicidad
espera un poco, un poquito más
me moriría si te vas.

Sería lindo tener un poquito más. 
Pero las cosas se terminan. 
Otras empiezan. 
Y a su debido tiempo se volverán a terminar.
Yyo siempre querré, un poco, un poquito más.

sábado, 12 de febrero de 2011

Toniná

Ya hablé tanto del sitio arqueológico de Toniná que mejor unas imágenes que sigan hablando por sí solas.



El señor de la foto es H, un empleado del sitio, quien nos hizo una visita guiada improvisada a un chico de guadalajara y a mí, los únicos visitantes a las 8 y media de la mañana, tan temprano que todavía no habían llegado los guías del lugar.

Mientras descansábamos en el punto más alto del templo, H nos contó del levantamiento zapatista del 1º de enero de 1994. Por ese entonces H iba al colegio -  a la secundaria o a la prepa, no me acuerdo bien - en la ciudad de Ocosingo  y vivía en el campo, en las afueras de la ciudad. Nos contaba que en su pueblo nadie entendía demasiado qué estaba pasando, aunque escuchaban por la radio a los zapatistas que habían tomando la intendencia de la ciudad. No sé si el 2 de enero o el primer día hábil, él fue al colegio, como siempre, y en el camino le avisan que no siga adelante, que la ciudad estaba atrincherada por los enfrentamientos entre dos ejércitos: el zapatista y el mexicano. Dice que por muchos días se vieron manchas de sangre en las paredes - alguien las habrá limpiado o se habrán ido borrando o debilitando con el tiempo, no sé-. Hasta el 12 de enero se extendió el conflicto entre ambos bandos en el estado de Chiapas y durante ese periodo, fue en la ciudad de Ocosingo donde tuvo lugar  el combate más cruento, en la que hoy se recuerda como la Batalla de Ocosingo.
A la fecha se desconoce el número de caídos en Ocosingo - igual que en la masacre de Tlatelolco, aunque se podría saber, no se sabe.

Resultaron conversadores los chiapanecos.




jueves, 10 de febrero de 2011

Cabañas Kanwitznal

Por suerte no fue en el taxi ni en las ruinas donde pasé la noche, sino en las cabañas kanwitznal. Son unas cabañas bien rústicas (sin agua caliente por ejemplo), pero confortables, que tienen la excepcional particularidad de encontrarse en el medio de la nada a no más de 500 metros de la entrada al sitio arqueológico.



 (para más información aquellos para aquellos que se animen http://www.toninakanwitznal.com/ )

La otra gran cualidad que tiene es Yadira, la joven dueña del restaurante, que se encargó no sólo de que no muriera de hambre sino también de hacerme sentir a gusto, con una conversación amena pero nunca invasiva. Y su marido Alfonso, maestro rural, que amablemente me acercó al pueblo al día siguiente.
Chiapanecos de pura cepa.

El olor a campo, el sonido de los grillos, la ausencia de otras personas - tan poco común en méxico- y el hecho de llegar caminando a unas ruinas maravillosas y tan poco visitadas hacen de este lugar un secreto que se transmite de boca en boca.
Algún día llegará el turismo masivo, mientras tanto, guardemos el secreto!

martes, 8 de febrero de 2011

El Ocosingo que no fue

El siguiente destino iba a ser Ocosingo.
Un pueblito sin otro atractivo que ser un punto intermedio en la curvosa ruta entre San Cristóbal y Palenque y su proximidad a Toniná.

Toniná son unas ruinas mayas relativamente recién recuperadas, hace no más de treinta años (http://es.wikipedia.org/wiki/Toniná ). Esto hace que, a pesar de ser imponentes y muy atractivas, no sean todavía muy conocidas ni visitadas, lo que para los muchedumbrefóbicos nos resulta excepcional.

La idea era pasar la noche en Ocosingo para visita Toniná al día siguiente.
Sin embargo circunstancias tales como un retraso de dos horas en la hora de arribo debido a  una carretera bloqueada, el recuerdo de unos amigos recomendando enfáticamente unas cabañas al pie de las ruinas, el peso del bolso amarillo-la mochila grande-la mochila chica y una inesperada invitación a compartir un taxi me hicieron cambiar de idea casi al instante y aventurarme a pasar la noche en medio de la nada.

Y así fue como Ocosingo fue.
Y qué bien que estuvo !

viernes, 4 de febrero de 2011

Arrancando de nuevo

Y llegó la hora de dejar San Cristóbal de las Casas y el albergue de Bela, donde me alojé los primeros días. El lugar era muy cálido y estaba lleno de gente de pelos blancos, con excepción de un chico y una chica alemanes (que a pesar de su lozanía no bajaban mucho el promedio de edad, jeje) y yo, que ya tengo canas pero que me las tiño.




No deja de sorprenderme la gente que hace de la hospitalidad su forma de vida. Que les parezca natural compartir permanentemente su cocina, su sala, su jardín con desconocidos. Y que hasta lo haga con gusto.  A Bela no parecía molestarle, y eso se sentía en el ambiente. Tal vez por eso me costó partir.

Estuvo bien empezar el viaje con unos buenos "apapachos" , pero ya era hora de dejar el nido y seguir en el camino.

(n. de la r.= en mexicano apapacho viene a ser como un abrazo, un mimo, y es una palabra tan tierna...)

jueves, 3 de febrero de 2011

San Juan Chamula

En San Juan Chamula hay una iglesia, en la que se ha de haber celebrado el culto católico alguna vez, pero que desde hace mucho tiempo oficia exclusivamente de templo para ceremonias y rituales de la medicina maya.
En el templo no están permitidas las fotos.
Pero les puedo contar lo que vi.

Vi la nave central vacía y el piso cubierto de hojas de pino verdes.
Vi cientos de velas prendidas en sus veladoras, con sus llamitas titilantes, sobre mesas dispuestas en forma de U, al lado de las cuales, uno al lado del otro se alineaban los santos.
Vi imágenes de santos con las manos cortadas porque no habían hecho milagros. No se estaban portando bien.
Vi santos con espejos colgando para que reboten las injurias y los malos deseos de quienes se enojan con ellos.
Vi santos tan fuertes que no necesitan espejo, porque no hay poder humano que pueda dañarlos.
Vi la imagen de jesús, más chiquito, abajo y a la izquierda de la de san juan bautista.
Vi gente arrollidada entonando cantos gregorianos en un idioma que no era latín, ni español.
A una mujer pegando velitas en el piso, de distintos colores y tamaños.
Una gallina viva sujeta por las alas siendo desplazada con movimientos rítmicos por encima de las velitas
Vi a a la misma gallina muerta todavía sacudiéndose con espamos involuntarios (pero no vi cuando le torcieron el pescuezo porque aparté la mirada).
Vi a un hombre, una mujer y un chico tomando una bebida blanca, por turnos, de una pequeño vasito.
Vi a esta mujer vestida con una falda de lana burda y negra pagarle cincuenta pesos mexicanos a un hombre vestido con túnica blanca sobre su pantalón oscuro.

Todo esto y mucho más vi.
En San Juan Chamula.

martes, 1 de febrero de 2011

Zinacantán

Yo pensaba que las tortillas de maíz no me gustaban.
Hasta que probé las que hacía esta señora de una comunidad maya en el pueblo de zinacantán.





Y me di cuenta que sí me gustaban, pero claro, las caseritas caseritas.

lunes, 31 de enero de 2011

Chiapa de Corzo

Este pueblo, además de una plaza con una glorieta en forma de corona de la reina de españa, una iglesia al lado del río y una feria de atracciones ambulantes, no hay nada.




 
Y encima la feria, se estaba yendo.

sábado, 29 de enero de 2011

Cocodrilo de plástico

Cerca de San Cristóbal de las Casas se encuentra la entrada al Cañón del Sumidero, que es un cañón de paredes bien altas -algunas dicen que llegan a los 1000 mts de altura- por donde corre el río Grijalva.
Como corresponde, tomé una lancha para recorrerlo, donde me sacaron la primera foto del viaje (claro, esto de viajar sola hace que las fotos propias sean esacasas) que comparto en este momento.


Lo más significativo del paseo - además de la belleza natural y la pena por las botellas de plástico que abundan, arrastradas por el viento y la lluvia- fue la rauda maniobra que el lanchero dio para llevarnos a ver un cocodrilo y ganarse su propina.
El asombro incial se fue convirtiendo en escepticismo al ver al inmóvil cocodrilo, en medio de un basural de botellas, con la boca abierta en una posición bastante falsa y y al darnos cuenta de que tenía la nariz medio deformada, como si lo hubieran amarrado por ahí.
La conclusión, casi inmediata, que sacamos los más despiertos, extranjeros todos, es que era un pobre cocodrilo embalsamado puesto ahí para embaucar a los turistas.
Obvio.

Hasta que el pobre cocodrilo, molesto porque un montón de gente lo miré tan fijo y tan de cerca,  cerró la boca y se metió al agua y... nos dejó a nosotros con la boca abierta.


(este es el pobre cocodrilo en su segunda o tercera aparición...se ve que tiene arreglado un par de cambios de vestuario con el lanchero, jejeje)

miércoles, 26 de enero de 2011

Por favor

que alguien me explique cómo es que no había probado el MOLE hasta hoy ?????
Simplemente delicioso.

Pueblo Mágico

Así  llaman a San Cristóbal de Las Casas.

Cuando uno llega al mediodía no la encuentra.
Los colores, pálidos con el sol tan fuerte.
Las expectativas empequeñecen la realidad.
La ciudad resulta esquiva a los ojos recién llegados.

Pero cuando baja el sol y cae la tarde,
uno encuentra la peatonal,
y se deja llevar por las callecitas,
uno baja la guardia
se entrega
entonces,
la magia del pueblo aparece.

Receta

Para curar el espanto

2 velas chicas de 3 por 10 centavos color blanco
1 vela chica de 3 por 10 centavos color oro

(del centro de estudios medicinales mayas)

martes, 25 de enero de 2011

Chiapas

" Y miren lo que son las cosas,
para que nos vieran nos tapamos el rostro;
para que nos nombraran nos negamos el nombre;
apostamos el presente para tener futuro;
y para vivir...morimos."

(Subcomandante Insurgente Marcos)

lunes, 24 de enero de 2011

Cambio de aires

"(...) lo cierto es que notó, sumamente sorprendido, una curiosa expansión interna, algo así como un desasosiego impulsor, una apetencia de lejanías juvenil e intensa, una sensación tan viva, nueva o, al menos, tan desatendida y olvidada hacía tanto tiempo que, con las manos a la espalda y la mirada fija en el suelo, permaneció un rato inmóvil para analizar la sensación en su esencia y objetivos.
Eran ganas de viajar, nada más; pero sentidas con una vehemencia que las potenciaba hasta el ámbito de lo pasional y alucinatorio"

(de Muerte en Venecia de Thomas Mann)

Amigos, parto para el sur.
En mis tierras el sur es sinónimo de frío, de pinos y montañas.
Acá es sinónimo de edén, de selva y playas.

Con apenas mi bolso amarillo (que no es mío en realidad), un par de libros, muchas recomendaciones  y mi cámara (desesperada por disparar) parto.
A chiapas voy y me llevo conmigo.

jueves, 20 de enero de 2011

Ciudad de México

La semana empezó sin otro plan que contactar a los amigos y hacer un par de cosas que me habían quedado pendientes y otras que quería hacer por última vez, como ir a mi amado tianguis de la calle pachuca a comprar guayabas y mangos.

El martes, la última sesión de beauty  me llevó a  polanco,  y por eso me encontré recorriendo la avenida masaryk de una punta a la otra, acortando camino por los bosques de chapultepec, disfrutando sus ardillas por esa calzada que tantas veces anduve. Caminando también atravesé la condesa y sus calles tan mías para llegar finalmente a la escandón, donde unos buenos amigos me prestan su casa mientras ellos están en buenos aires.

El miércoles una vieja cámara de fotos me hizo tomar el metro para llegar a la calle donceles y - cómo no hacerlo - aproveché la ocasión para dar una caminadita por las calles del centro histórico, estridentes, bizarras, alucinadas. Como no podía ser de otra manera llegué hasta el zócalo y por única vez en tres años lo volví a encontrar vacío, imponente, desmesurado como la primera vez que lo vi y me voló la cabeza. Y sentí que era su forma de despedirme. Y me llenó de alegría. Y ya que estaba entré al palacio nacional y volví a deslumbrarme con los murales de diego rivera y la enormidad de los espacios y el peso que las instituciones y el concepto de patria tienen en este país.

A la tarde, para llegar a un almuerzo en las lomas de chapultepec,  reviví el tráfico agotador de un día cualquiera, volví a manejar mi querida camio y me reencontré con mi amada bici y pensé que qué feliz me harían ambas en buenos aires. Y fui al super, y fui al banco, y hoy fui de compras a ver si encontraba algo en las rebajas de enero y al mediodía fui a mi último facial con laurita, que cómo la voy a extrañar.


Hacer vida cotidiana con la conciencia de la finitud. 
Lo cotidiano ahora es otra cosa. 
Y estos son los últimos resabios de familiaridad que me quedan de mi vida de acá, la de antes.

Revisitando los lugares queridos, sin querer y casi sin darme cuenta, empezó mi despedida.


miércoles, 19 de enero de 2011

Síntomas

Manos secas.
Labios secos.
Piel seca.
Ojos que pican.
Nariz que gotea.
Narinas que se paspan.
Cara tirante después del baño.
Cara incendiada después del sol.
Pulmones que no dan abasto al subir rápido una escalera.

Mi cuerpo se desacostumbró a la altura y al smog.
Mi cuerpo, que llegó al DF más rápido que mi corazón,
se va a adaptar en un par de días.

Mi corazón, quién sabe?

lunes, 17 de enero de 2011

Función Despedida

Hace 10 meses dejaba la ciudad de méxico sin saber que me estaba yendo del todo.
En este tiempo pasaron muchas cosas.
Ya no vivo acá.
La vida que tenía me resulta tan familiar  y tan extraña a la vez.

Este viaje, que empezó ayer, es mi forma de despedirme de esta tierra tan querida.
Es cerrar un ciclo.
Implica, también, un nuevo comienzo.