Y llegó la hora de dejar San Cristóbal de las Casas y el albergue de Bela, donde me alojé los primeros días. El lugar era muy cálido y estaba lleno de gente de pelos blancos, con excepción de un chico y una chica alemanes (que a pesar de su lozanía no bajaban mucho el promedio de edad, jeje) y yo, que ya tengo canas pero que me las tiño.
No deja de sorprenderme la gente que hace de la hospitalidad su forma de vida. Que les parezca natural compartir permanentemente su cocina, su sala, su jardín con desconocidos. Y que hasta lo haga con gusto. A Bela no parecía molestarle, y eso se sentía en el ambiente. Tal vez por eso me costó partir.
Estuvo bien empezar el viaje con unos buenos "apapachos" , pero ya era hora de dejar el nido y seguir en el camino.
(n. de la r.= en mexicano apapacho viene a ser como un abrazo, un mimo, y es una palabra tan tierna...)
4 comentarios:
En argento, tenemos "abayitos" !!!
Ya canas??? No te da vergüenza teñirte ??? Hay que aceptar la edad com viene !!!cómo m fastidia la gente que se tiñe !!!
Tan feliz me puso saber que habíamos recuperado las crónicas mejicanas que....................no me sentí discriminada por no haber recibido la noticia!
Qué emoción saber que estás en esos lugares espectaculares y los compartís!
Besote gigantesco!
María Laura, viste qué mal que estuvo Mária que sólo le avisó a algunos pocos ??? Qué fea actitud, diría yo imperdonable !!!
no hay de qué preocuparse, si las noticias corren como pólvora, vieron ??? jajaja
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