jueves, 10 de febrero de 2011

Cabañas Kanwitznal

Por suerte no fue en el taxi ni en las ruinas donde pasé la noche, sino en las cabañas kanwitznal. Son unas cabañas bien rústicas (sin agua caliente por ejemplo), pero confortables, que tienen la excepcional particularidad de encontrarse en el medio de la nada a no más de 500 metros de la entrada al sitio arqueológico.



 (para más información aquellos para aquellos que se animen http://www.toninakanwitznal.com/ )

La otra gran cualidad que tiene es Yadira, la joven dueña del restaurante, que se encargó no sólo de que no muriera de hambre sino también de hacerme sentir a gusto, con una conversación amena pero nunca invasiva. Y su marido Alfonso, maestro rural, que amablemente me acercó al pueblo al día siguiente.
Chiapanecos de pura cepa.

El olor a campo, el sonido de los grillos, la ausencia de otras personas - tan poco común en méxico- y el hecho de llegar caminando a unas ruinas maravillosas y tan poco visitadas hacen de este lugar un secreto que se transmite de boca en boca.
Algún día llegará el turismo masivo, mientras tanto, guardemos el secreto!

3 comentarios:

La inimputable dijo...

No había cucarachas en esa cabaña en el medio de la nada ???? o es que ellas solo viven con nosotros en la ciudad????

Mária dijo...

no, no, cucarachas ni una...arañas, varias.

María Laura dijo...

Yo guardaré el secreto...................pero QUÉ ENVIDIA!