Tal vez por decir que desde el momento en que salimos de la estación -del tren que nos trajo desde el aeropuerto - a la 5ta avenida y durante los primeros dos días, la emoción predominante fue la de sentirme adentro de una película.
La ciudad no se me hacía real, parecía más bien una gigantesca escenografía tantas veces utilizada, tantas imágenes alguna vez absorbidas.
Mucha iconografía construida durante años por cine y televisión, hecha realidad.
Hecha esta pequeña introducción, doy por comenzadas las viñetas neoyorquinas.
Como la ciudad, concisa, práctica pero no por eso menos mágica.
2 comentarios:
es increíble cómo se siente lo poderoso que es ese lugar. ¿no te sentís cerca de cualquier lugar del mundo?
sí, muchas etnias, muchas nacionalidades, moooooy cosmopolita...
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