Ayer, de no haberse quedado en los 92, mi abuela Elsa hubiera cumplido 100 años.
Muchos recuerdos ligados a su cocina. La mejor pasta frola de manzana del mundo, sus ñoquis y tortilla de papas supremos, que me hacía cuando iba a almorzar. O su pascualina siempre presente, cuando volvíamos de vacaciones.
Los almuerzos de pasta casera los domingos al mediodía (no todos los domingos!). El abuelo en una cabecera, la abuela en la otra. Yo, a su derecha.
Las galletitas de agua metidas en el té con leche, en las taza rosa de plástico que todavía debe estar en la cocina de serrano.
Mi abuela, siempre coqueta, aconsejándome que me arregle para inacito (e inacito citándola años después).
Mi abuela, generosa, que se autoasignaba un sueldo de la jubilación del abuelo nada más que para repartirlo después en forma de regalos varios y mensualidades para sus hijos, nietos y otros.
Mi abuela, cariñosa, paciente rascadora de espaldas.
Mi abuela habladora, sin respiro, sin filtro, casi impune (por la edad y por el sólo hecho de ser abuela).
Mi abuela del alma.
Mi ángel guardián.
10 comentarios:
SIN PALABRAS POR LA EMOCIÓN. GRACIAS HIJI!
mária! abuela es eso, impune y amorosa.
esa foto es todo.
gra
Que lindo tener un recuerdo asi!!!!
Y tuve el honor de que fuera una de mis primeras pacientes!
Sin duda, era la "incayable" !!!
¡Qué emoción!
Hasta me hiciste recordar a mi abuela!
Uh, la abuela de María Laura debe ser anterior a la Revolución de Mayo !!!
cheeeee.... más respeto !!!!!
México es uno de los países latinoamericanos con menor presión tributaria, un tercio menos que Brasil o Argentina o Chile. Alguna vez se encontrara en la disyuntiva de patrocinar artistas y aprovechados o pagar la deuda del estado.
Pero dígame, don José Anónimo: qué tiene que ver la pobre abuela con la presión tributaria en México????eeeeeeehhhhhhhhhh ???
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